miércoles, 25 de agosto de 2010

Historia y Análisis Político del Lesbianismo II


Historia y Análisis Político del Lesbianismo II
La Liberación de una Generación

Beatriz Gimeno

Un gran gran libro, la autora (ver foto) a veces pierde la capacidad de síntesis, sin embargo entrega información y análisis muy valiosos, aunque controvertidos, en fin recomiendo absolutamente su lectura. Y se lo puede encontrar en línea en biblioteca fragmentada, ver columna enlaces y en Bibliometro.



Tome algunos temas que se tratan en el libro, desde mi punto de vista de una manera muy nueva y diferente, y muy lucida. Y lo cite con una desfachatez de la que debería avergonzarme, asumo que este libro merece mucha atención.

Reseñare este libro en tres artículos, tomando distintos temas, este es el segundo.



El Padre de la Lesbiana Pornográfica

“Mathieu Francois Mairobet en su novela L´Espion Anglois (publicada en el siglo XVII)… nos encontramos con que el tipo varonil (de la lesbiana) ha desaparecido ya que no es adecuado para excitar la libido masculina. A partir de ahora, al menos una de las dos mujeres envueltas en la relación tendrá que ser muy bella (lo que la salvara de ser lesbiana de verdad). Sera, además, una adolescente, mientras que la otra será una mujer madura. Se crea así un personaje repugnante, sexualmente perverso, una prosélita que corromperá jovencitas a las que enseñara a odiar a los hombres. Sexualmente, las dos mujeres se relacionaran mediante penetración llevada a cabo con instrumentos mecánicos. Finalmente, a pesar de que estas dos mujeres y su relación provocan repugnancia moral, también provocan excitación sexual.



Este autor fija no solo el tipo lésbico pornográfico, sino que además fundamentalmente los rasgos de carácter que se atribuyen a estas lesbianas y la manera también en que estas relaciones se desarrollan. Así, las principales emociones que viven las protagonistas de esta relación son los celos, el afán de dominio y el odio a los hombres (por parte de la mujer madura). La relación entre ambas acaba cuando un hombre “salva” a la más joven del poder que la mujer mayor ejerce sobre ella y la reconduce por la senda de la normalidad y de la felicidad reencontrada”.


Este esquema se repetirá muchas veces en muchas obras de ficción, y será creído como un ejemplo verdadero de relación lésbica por muchos historiadores.



Esta novela no solo buscaba excitar a los hombres, sino que también poner en su lugar a las mujeres. Su novela buscaba avergonzar públicamente a las mujeres vistas como demasiado independientes “de manera explícita lesbianismo y feminismo se unen en el imaginario social que convierte en lesbianas a las mujeres que buscan espacios desde los que liberarse del control masculino”, es mas en la novela aparecen mujeres reales de la época que se distinguían por tener profesiones y aparecen mencionadas con sus nombres reales.



Es decir la tradición de llamar lesbianas a las mujeres con poder y autonomía, data desde antiguo y no cabe duda sigue vigente.


El Sexo


“Si antes del siglo XX el coito era el cumplimiento obligado del designio heterosexual sobre los cuerpos de las mujeres, del que ellas no tenían que disfrutar sino, simplemente, al que tenían que someterse, a partir de la nueva libertad y las nuevas posibilidades que se abren a las mujeres en el siglo XX, el coito, para que continúe siendo lo que siempre ha sido, tiene ahora, además que ser disfrutado y deseado. Wilhem Stekel lo tiene claro cuando afirma que “dejarse encender por un hombre significa reconocerse como conquistada””.


Freud… jelouuuu… es el falo no el pene


“Digno habitante del siglo XIX, un signo evidente de inversión para Freud es el deseo que pudiera mostrar una mujer, para el incomprensible, de escapar de las limitadas opciones que la sociedad de su tiempo le ofrecía. Freud clasifica como rasgo de masculinidad por ejemplo, “la capacidad de comprensión y la lúcida objetividad”.

Para Freud la envidia del pene no resuelta, el deseo persistente de masculinidad, terminara provocando inversión en las mujeres. Aunque muchas de las seguidoras de Freud ya llamaron la atención acerca de que no es el pene, sino el poder y la capacidad del falo, lo que las niñas envidian, Freud y muchos de sus seguidores no fueron capaces de llegar a comprender esto, lo que demuestra hasta qué punto los hombres están convencidos de que hay algo que envidiar en el pene mas allá de su significado simbólico y social; ni Freud ni sus seguidores son capaces de ver que el disgusto por la dispar situación social de mujeres y hombres hace que las niñas quieran ser como sus hermanos para tener los privilegios que estos tienen, y envidien por ello ese rasgo físico que las hace físicamente diferentes y al que atribuyen, lógicamente, el origen de esa diferencia”.



“La mujer que Freud escoge como modelo de invertida, la protagonista de “psicogenesis de un caso de homosexualidad en una mujer”, no practica el sexo genital y sus relaciones con otras mujeres se limitan a besos y abrazos. No obstante, Freud la escoge como modelo de invertida y la describe así “(...) en efecto, era una feminista; le parecía injusto que las chicas no pudiesen gozar de la misma libertad que los muchachos y se rebelaba contra el destino de las mujeres en general””, visto así la mujer no era rara para nada, lo raro es no buscar mayores libertades y bienestar, cuando una se halla en una situación de represión por parte de su medio.

Travestismo Histórico

Desde Beatriz Gimeno el travestismo femenino y masculino no son homologables, pues muchas mujeres especialmente las obreras o las pertenecientes a minorías raciales asumían identidades masculinas, no porque fueran los que se conoce como transgenero y/o transexual, sino porque “una mujer que se hiciera pasar por hombre podía viajar sola sin ser acosada, trabajar por un buen sueldo, abrir una cuenta bancaria, ser propietaria de su casa, votar…” y podían o no emparejarse con otras mujeres.


Un ejemplo es la monja alférez, Catalina de Erauzo nacida en 1592, se escapo del convento a los 15 años, se cosió ropas de hombre y se vino al nuevo mundo como mercenario, incluso estuvo en la guerra de Arauco y mato muchos hombres en duelos, incluido su propio hermano por error.

En cambio un hombre travestido se asegura una vida mas difícil, por tanto son fenómenos distintos, pues vienen de circunstancias distintas.

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