miércoles, 25 de agosto de 2010

MASCULINIDAD Y PATERNIDAD – DEL PODER AL CUIDADO





MASCULINIDAD Y PATERNIDAD –
DEL PODER AL CUIDADO

Péter Szil, psicoterapeuta

Por Beatriz Sotomayor

Un documento sobre masculinidades equitativas muy bueno, encuéntralo aquí, y pincha aquí para entrar en el sitio web de Péter Szil (ver foto).



Este blog está dedicado entre otras cosas a reseñar material valioso para los temas de género y ojala disponible libremente en Internet. El artículo de Szil, señala el importante papel de la tradición y de los mitos en nuestra vida y en como actuamos nuestros géneros.


La tradición es como un argumento escrito con tinta invisible, seguido al pie de la letra por los personajes, aunque éstos para nada estén conscientes de la existencia del guión. El cambio se puede asemejar al proceso de un laboratorio de teatro donde nuevos papeles se ensayan hasta el punto en que el personaje ya puede identificarse con ellos.

La palabra “mitología”, igual que la palabra "masculinidad", tiene varias lecturas.
“Mito” es "alegoría", "leyenda" o "fábula" por una parte, "tradición" por otra parte, y finalmente "mentira", "engaño" o "ficción". Joseph Campbell, el quizá más famoso estudioso en este terreno, dice: "La mitología es la música a la que todos bailamos, aunque desconozcamos la melodía." Los mitos muchas veces se presentan como una herencia inalterable. Yo parto de que podemos elegir entre diferentes interpretaciones de los mitos. De esta manera nuestra imaginación no tiene que ser una mera reproducción de representaciones heredadas, sino una fuerza creativa que incluso puede cambiar realidades sociales.


Alberto Montt

El dulce padre/patriarca

Considero que los malos tratos a los niños constituyen uno de los legados más arraigados del patriarcado como orden social y matriz cultural. Es una manifestación concreta y a la vez dramática de lo que ocurre cuando los valores básicos de la figura paterna tradicional impuesta por la sociedad patriarcal se convierten en valores pedagógicos de toda una cultura. Estos valores son “ley”, “autoridad” y “distancia” (aún estando presente físicamente).

Lo Dicotómico v/s Lo Complementario


Sol Diaz

Como parte del establecimiento del orden patriarcal, la función paternal se ha subordinado a la identificación y a la asociación con el poder (entendido como poder sobre los demás en relaciones de subordinación). Esto, unido a la violencia como factor constituyente de la masculinidad, ha creado las bases para que las relaciones paterno-filiales se planteasen en términos dicotómicos (poder/subordinación, limites/encogimiento, castigo/obediencia), en lugar de términos complementarios (fragilidad/protección, dependencia/cuidado, crecimiento/apoyo).


Lo Femenino y Lo Masculino, la reproducción y la producción


Melina Rapiman

La capacidad biológica de traer retoños al mundo lógicamente tendría que ir acompañada de un recurso que sin embargo tradicionalmente no pertenece al ámbito masculino: el cuidado (de las cosas y de las personas). Las diferencias entre los juguetes de los nenes y de las nenas, los modelos que se les ofrece en su hogar, las actividades estimuladas en ambos sexos en la juventud, y, más tarde, las expectativas del mercado de trabajo, van todas unidas por el mismo hilo conductor: de los varones se espera que asuman ser los creadores y los destructores, mientras que las mujeres tienen que encargarse del cuidado y el mantenimiento de todo lo que hay entre los dos extremos del inicio y del fin de la vida. Esa diferencia hay que construirla, ya que no nacemos así.


Melina Rapiman

El Padre Guerrero


Quino

La imagen del padre severo, maltratador está íntimamente ligada a la visión del hombre como guerrero, otro mito muy arraigado en nosotros. Es otra manera de combinar la identidad de género patriarcal con un concepto de paternidad que en lugar del cuidado se ha identificado con el poder.

Lo mismo irrumpe también en el idioma cotidiano, por ejemplo cuando se habla de los niños que "dan guerra". Es una proyección curiosa y una manera de culpabilizar la víctima. Las niñas y los niños en realidad nunca dan guerra. Si es que están involucrados en una beligerancia, es para defenderse, con su vitalidad e inteligencia innatas, de la guerra de exterminio que los adultos y adultas libramos contra la infancia, contra la vida misma. Esta guerra tiene su expresión máxima en los abusos de poder (grandes y pequeños, físicos y no físicos) a los que los niños están sistemáticamente expuestos, pero no se limita a ellos. Su meollo es precisamente la incorporación a la convivencia cotidiana de un modo de organizar la sociedad a base de preceptos históricamente “varoniles” (productividad, control etc.), inmutables ante las verdaderas necesidades de los niños, que con el tiempo se han convertido en valores a inculcar incuestionables, intemporales y sin signo de género. Precisamente por eso hace falta hacer visible los orígenes de esos preceptos.

De Cronos/Saturno pasando a Zeus


Péter Szil cuenta el mito de Cronos, en la mitología griega al comienzo de todo, la diosa Gaia/Gea (la Madre Tierra, primera de los primeros dioses surgidos después del Caos original) engendro al cielo (Urano), quien se pego a ella cubriéndola toda y fecundándola repetidamente, pero Urano lo cubría todo y no dejaba pasar la luz o dejar nacer a sus hijos, por lo cual Gaia permanecía hinchada de hijos y subyugada.

Gaia planeo una estratagema para recuperar la libertad, en su vientre creó un hoz y se la dio a su hijo Cronos quien la siguiente vez que Urano penetro a Gaia, castro a Urano quien con un grito que suponemos desgarrador se separo de Gaia y quedo muy arriba, y así se formo el cielo.

Aunque Cronos/Saturno protagonizó esa rebelión cortándole los genitales a su padre (el imperio del falo todavía no tenía fuerzas para imponerse), cuando él sucede a su padre y se le augura que alguno de sus muchos hijos habidos con su esposa-hermana le quitará el poder, decide matarlos, pero no de cualquier manera: los canibaliza, los devora uno por uno. Sólo uno es salvado con engaños de la madre, que lo cambia por una piedra.
Cronos/Saturno, ciego como es, no distingue a un hijo de una piedra. (¿Típico caso del padre ausente, ocupado en sus asuntos de poder en el mundo, cuyo contacto con los hijos se restringe a mirarlos de vez en cuando –o ni eso--, y que ni una sola vez los ha palpado, acariciado, tenido en las manos?).

Será ese hijo superviviente, Zeus o Júpiter que finalizará la obra de instalar el patriarcado. Una vez adulto destrona a su padre y se instala como dios supremo en el Olimpo. A lo largo de toda la mitología griega, a veces en el Olimpo, a veces bajando a los mortales, Zeus va raptando y violando a mujeres (diosas o no), y deja hijos e hijas por todas partes, de modo que las relaciones de adhesión para el futuro le queden garantizadas. En los mitos no hay ningún indicio de que se haya preocupado lo más mínimo por alguno de estos hijos, más bien seguía con sus hazañas.

Como Victoria Sau constata en su Diccionario ideológico feminista, “su esposa es la madre vencida, dominada, engañada por un marido constantemente infiel, celosa; y Zeus es el padre por antonomasia que engendra los hijos por violación, cohecho, engaño y voluntad absoluta.… con Zeus se afianza el mundo de los padres y las madres quedan relegadas al papel de vasijas vivientes obligadas a recibir el producto masculino, a «cocerlo» en su interior y a dar a luz para que los hombres se queden el fruto de este trabajo.”

(Entre paréntesis un salto a una representación moderna de ese mito: una de las formas en las que hoy en día se presenta la reacción a las reivindicaciones de igualdad de las mujeres y de un movimiento de hombres pro-feminista, antisexista y contra la desigualdad, es lo que se suele llamar el "movimiento de hombres para una nueva masculinidad". Para que nos hagamos una idea de qué hay de nuevo en esa masculinidad cabe señalar que esa corriente, haciendo uso de un lenguaje mítico-poético, habla de recuperar la fuerza de Zeus en los varones.)


Si seguimos trazando la asociación trágica entre paternidad y poder (propio o superior), en lugar de la alianza del padre con el hijo, encontramos un ejemplo culturalmente todavía más cercano a nosotros en el Antiguo Testamento. Es Abraham, quien, porque una autoridad se lo dice, está dispuesto a sacrificar a su hijo. Ha de ser un ángel quien le salve al hijo y no su intuición o su instinto paternal.

Todavía más cerca de nosotros en el tiempo hay imágenes que no sólo nos rodean diariamente, sino que pertenecen a la misma base de nuestra cultura. Estas mismas imágenes que, se supone, representan a un padre que por el bien de la humanidad sacrificó a su hijo, pueden también tener otra lectura (y espero no herir la sensibilidad religiosa de nadie): un hombre adulto, en aras de un proyecto que él tiene en el mundo, sacrifica a su propio hijo, sin consultar a la madre, aunque después tiene que encargarse ella de ser la madre dolorosa al lado de la cruz, llorando, secándole las heridas, bajándolo de la cruz, esperando tres días a ver si resucita, mientras que el clamor de Jesús en la cruz ("Padre ¿por qué me has abandonado?") no obtiene ninguna respuesta.


Alberto Montt

Más que de la religión como tal, estoy hablando de ciertas imágenes que están en la base misma de nuestra imaginación. Y precisamente en la misma religión hay otra imagen, también muy conocida por nosotros y que podría ser el arquetipo del padre cuidador.



Aquí tenemos a un padre a quien, aun no siendo el padre biológico, le mueve el cuidado del niño. José, como todos los demás hombres en Belén se entera de que Herodes va a matar a todos los niños primogénitos. Pero él es el único que dice: "dejo mi negocio
y todo y nos largamos para proteger al niño". En esta imagen José, en un acto de mucha humildad, hace el viaje largo detrás de María y del niño, cumpliendo su cometido de padre protector y cuidador.

¿Dónde están las imágenes del padre que sabe cuidar y nutrir?


Alberto Montt

Péter Szil señala que hay que mirar la publicidad con mucho cuidado pues es la mitología de nuestros días, en el artículo el muestra algunos códigos de lo femenino y lo masculino, apunta a algo ya sabido que la publicidad es profundamente sexista.

Péter establece que las imágenes verdaderas de padre cuidador son extremadamente raras en la publicidad, lo que se ve son pequeños acercamientos, pequeños cambios para que todo siga igual.

Disidentes del patriarcado

“He presentado en imágenes los mitos, antiguos y modernos que sostienen la tradición de una paternidad aliada al poder y los privilegios patriarcales. He partido de que los mitos ni son algo acabado, ni son leyes, sino que podemos darles diferentes lecturas. He sostenido incluso que nuestras elecciones de hoy dependen precisamente de estas lecturas. Ahora ¿qué es lo que podemos deducir en cuanto a qué hacer para romper con esta tradición?

No tenemos recetas claras y fáciles para lo que se tiene que hacer, pero sí podemos saber lo que no es justo seguir repitiendo. Dicho en otras palabras: un movimiento de hombres por el cambio en la paternidad y en la relación con las mujeres en primer lugar tiene que responsabilizarse con la posición de poder y control que la tradición patriarcal nos ha transferido. Nos toca ser disidentes del patriarcado, aunque sea menos grato y placentero que ser “nuevos varones sensibles” o “nuevos padres”, aunque perdamos privilegios y ganemos inseguridad. Porque los roles dan indudablemente cierta seguridad.

Sabemos por ejemplo cómo jóvenes optan todavía hoy en día por un rol
supermasculino en busca de la seguridad que les da pertenecer a un grupo con los papeles ya determinados en vez de tener que buscar uno mismo la respuesta a la pregunta que entraña tanta incertidumbre: ¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo?”.

Por eso el hipermacho, seria desde Péter Szil, la imagen de la certeza, y las masculinidades equitativas la base de la duda, siendo que la duda abre posibilidades y nuevos mundos, y que la certeza nos lleva por un camino que está resultando destructivo, acá hay que elegir el diablo por conocer.

Fuentes Imagenes:

- Quino
- alberto Montt http://www.dosisdiarias.com/
- Sol Diaz http://www.comoserunamujerelegante.blogspot.com/
- Melina Rapiman http://experienciamelina.blogspot.com/

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